martes, 26 de marzo de 2024

La capital, impresiones de un turista



* Las 10 de la mañana. Descendemos del tren y nos sumergimos en una encantadora y dorada luminosidad primaveral. Esta luz justifica cualquier viaje. Qué maravilla.


* Demasiados gritos en todas partes. ¿Nunca vamos a intentar paliar este desagradable problema? ¿Dejaremos alguna vez de ser un país de gritones?


* El Vips abarrotado de adolescentes ruidosos. ¿Hoy no van al colegio? ¿De dónde sacan el dinero?



* Una anciana mendiga sentada en el suelo, en la fachada de la iglesia de la calle Arenal. Es rumana pero lleva muchos años en España. Está leyendo un libro. Me dice que le gusta leer. Es un libro en rumano sobre alguna iglesia. Es una mujer muy agradable y dulce. Me despide con un que Dios te bendiga. Casi se me saltan las lágrimas.


* Policía, ambulancias… Sirenas día y noche: ciudad peliculera.


* Caballero por aquí, caballero por allá. Yo tuteo a todos, salvo a los más viejos que yo... Y a los que llevan uniforme.


* He dejado de buscar tapones de cera Taps en las farmacias del centro. Tampoco encuentro caramelos sin azúcar. La libertad de mercado no es perfecta.


* Una mujer latina en la puerta de un comercio llama ladrón a un tipo que se aleja como si no fuera con él. Ladrón e hijo de puta le grita indignada. El sujeto camina un poco por delante de mí. De vez en cuando se gira para ver si le siguen. Un poco más allá se mete en otro establecimiento.


* Todos los días, en sesiones de mañana o de tarde, hemos asistido a alguna trifulca callejera.


* Alguien debería ocuparse de que los guías de los museos no monten una performance chillona y exhibicionista con la excusa de sus explicaciones. Hay unos auriculares individuales que ahorran muchas molestias a los sufridos visitantes.


* Demasiadas mesas cojean, incluso en los lugares más caros.


lunes, 25 de marzo de 2024

Tàpies



Antoni Tàpies cumple todos los requisitos para resultarme antipático: es abstracto y era nacionalista. Sin embargo, contra todo pronóstico, me admira y me pasma.

Verifico en esta magnífica antológica que nos regala el Mueso Reina Sofía (al menos a los mayores y a los parados) dos cualidades que antepongo a casi todo: humor y espesor material. El humor de Tàpies es un poco a lo Buster Keaton: muy serio, un humor que parece adustez. Lo encuentro adorable. Se pasa la deseable laboriosidad –¡para eso cobraba un pastón!-- por el arco del triunfo.

–¿Cómo podía cobrar semejantes millonadas por algo que haría un niño en un descuido?, se pregunta el despistado contemplador.

–Aprovechando la coyuntura, señor mío. Fluyendo. Estando en el lugar y en el momento oportuno, como todos los triunfadores. Preferiblemente, sobre todo al principio, en el extranjero, naturalmente.

Esto no va de calvinismo, sino más bien de orientalismo.

Y luego está lo que no sale en las fotografías, lo que hay que ver in situ: la materia, el grosor, el relieve, la densidad, el brochazo, el empaste chorreante. El grumo, la astilla, la arpillera, el alambre, el cartón, el detritus. Todo aquello que desdeñamos, que ignoramos, que nos parece insignificante en medio del relumbrón de la vida marketinizada, cursi y, por descontado, ilusoria. Todo aquello que constituye la materia de la que está hecha la vida: la carne, la carne o materia que sustenta el espíritu, o que no sustenta nada, pero cuya existencia, mal que nos pese, nos conforma.

El espíritu, quizá, sólo es una especulación.





domingo, 24 de marzo de 2024

Entre escépticos


No me tomo a mal cuando critican a alguno de mis escritores favoritos, en especial si la crítica proviene de algún otro de mis predilectos. Conviene dudar de los propios gustos. El escritor más lúcido --Cioran-- se topa con otro más lúcido aún, Imré Kertész . Esta es la opinión del húngaro sobre el gran rumano exiliado:

“Cioran es extraordinario, a veces brillante; pero en sus palabras siempre percibo el sollozo del niño profundamente ofendido que se pone a la defensiva. Conozco demasiado bien el pesimismo defensivo para que escape a mi atención, y el satanismo surgido del agravio y de la angustia en el fondo me aburre; sólo veo verdadera grandeza en la aceptación omnisciente, en un “a pesar de todo” que conozca todas las malas experiencias y haya recorrido todas las negatividades…”

Y, entonces, quiénes podrían ser los escritores favoritos de Kertész. Lo indica en su último dietario:

“Hay algunos a quienes leo; amo a Sandor Márai. Aunque no todas sus obras me gusten. Además, amo a Thomas Mann, a Camus, a Bernhard…”

No recuerdo que Cioran diga en algún lugar que le haya interesado Th. Mann. Lo que sí deja claro es que detesta a Camus. Cuando lo conoció Camus le soltó alguna impertinencia --defecto peculiar de los franceses, según el rumano-- que este nunca le perdonó.

Los gustos difieren, porque los gustos dependen de los cuerpos, y cada uno tiene el suyo, como dejó explicado Roland Barthes.

lunes, 18 de marzo de 2024

Antidisturbios

Vicky Luengo

Otra serie española que me ha gustado: Antidisturbios, creada por Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen en 2020 para Movistar.
Un thriller con dos escenas de acción memorables: la del desahucio y la de los hinchas del Olympique de Marsella en el estadio Bernabeu.
La consabida trama de corrupción está llevada con mucha soltura y amenidad.
Respecto a las interpretaciones el nivel es considerablemente bueno, con diálogos brillantes sobre todo entre los componentes de la unidad de intervención. Muy destacable también una actriz que desconocía: Vicky Luengo.
Antidisturbios no es demasiado larga –seis episodios– y, lamentablemente– no habrá segunda parte.



viernes, 15 de marzo de 2024

Crematorio

 

Excelente serie española que desconocía. Es de 2011 y está basada en la novela homónima de Rafael Chirbes. Dirigida por Jorge Sánchez-Cabezudo se desarrolla en la costa levantina, con la corrupción urbanística, económica y política en todo su esplendor. Pepe Sancho, en su papel de promotor inmobiliario culto y cínico, está espléndido y domina toda la serie. A su lado una actriz con mucho encanto, Alicia Borrachero. Ocho capítulos bien dirigidos y ambientados. De lo mejor que he visto en series españolas. Pensar que no pude con la novela…


miércoles, 13 de marzo de 2024

Saura y Palazuelo

 


En los ochenta todo el mundo hablaba de Antonio Saura. Ahora ya nadie habla de él. No hay exposiciones suyas. Por el contrario, Pablo Palazuelo estuvo diez años desaparecido y ahora todos quieren algo suyo. Lo dice en una entrevista Isabelle Maeght, directora de la célebre galería Maeght parisina. Ella lo atribuye a la moda, pero hay que preguntarse qué hay detrás de la moda. Han cambiado los tiempos. Saura es volcánico, expresionista, sarcástico, impulsivo, gestual, reivindicativo, contestatario: los ochenta. Palazuelo es su opuesto: contenido, apolíneo, geométrico, lírico, meditativo, resignado: lo de hoy. Cada tiempo impone sus gustos.
Otro asunto interesante expone Isabelle Maeght. Se trata de la gran influencia de internet en el arte de nuestros días. Y esta observación que todo aficionado aprobaría: “La emoción que transmite una obra no la podemos percibir a través de la pantalla.” Internet ha promocionado y divulgado el arte, pero a la vez lo ha degradado, porque se ha perdido la carnosidad del arte en beneficio de una planitud sin alma.


martes, 12 de marzo de 2024

Confesiones de un opiófilo

 


Termino Confesiones de un opiófilo, de Antonio Escohotado. Se trata de un diario póstumo centrado en el consumo de los llamados estupefacientes.

Es interesante su relación con los opiáceos y con otras drogas: coca, has, anfetaminas, éxtasis, etc.

No sé cómo se las arreglaría para conseguir las sustancias, en su mayoría ilegales.

Sorprende su énfasis en la dosificación y su voluntad para llevarla a cabo. Entre otras razones para evitar el desgaste. La dependencia, sin embargo, es inevitable y el no la niega.

En ocasiones se pone medallas injustificadas, supongo que como autodefensa. España es un país complicado: la envidia tiene mucho poder.

Insiste mucho en evitar la gula, tanto con la comida como con su particular farmacopea. El consumo debe ser elegante. Pero obvia que fumando tres paquetes diarios de cigarrillos se pierde mucho el apetito.

A veces resulta demasiado críptico, pero es un libro sobre el que volver.

lunes, 26 de febrero de 2024

Stefan Zweig: Adiós a Europa



Veo en Movistar la interesante película Stefan Zweig: Adiós a Europa, de la directora Maria Schrader. En la película se relatan los años de exilio de este escritor austríaco, tras huir del nazismo debido a su ascendencia judía. París. Londres y, posteriormente Sudamérica –Brasil en concreto–, fueron los países en los que vivió.

Zweig fue un escritor preocupado por la tolerancia. Precisamente, quizá por exceso de esta virtud, se le criticaba su silencio respecto al nazismo. Es el caso de su amigo Philippe Roth, que se lo reprochaba en su correspondencia. Él consideraba, tal vez con razón, que esa actitud formaba parte de su libertad.

También puede que fuera un escéptico. En su ensayo sobre Ciceron dice que a la larga no se puede defender la libertad de las masas, sino únicamente la propia, la libertad interior.

La película concluye con su suicidio, junto a su segunda esposa, en la brasileña Petrópolis. Ocurrió un 22 de febrero de 1942. Mientras en la pantalla leen su carta de despedida caigo en la cuenta de que hoy, 82 años más tarde, también es 22 de febrero. Creía que estas cosas sólo le pasaban a E. Vila-Matas.

Esta casualidad me recuerda que he leído poco a Stefan Zweig y que tengo pendiente El mundo de ayer. Dicen que es el canto del cisne de la civilización europea. Puede que no anduviera descaminado.

sábado, 24 de febrero de 2024

Cioran epistolar



Asoma un nuevo Cioran, 29 años después del fallecimiento del autor, a cargo de la incombustible Gallimard. Manía epistolar lo han titulado con acierto pues Cioran era un infatigable y ameno escritor de cartas. Tengo bastante Cioran pendiente de lectura, pues hace un par de años adquirí un volumen que contiene la mayor parte de su obra, pero siempre es una tentación adentrarse en la correspondencia de un escritor que se admira. Supongo que alguna de las 160 cartas que se incluyen estará traducida del rumano al francés. Es probable que espere algún tiempo a ver si algún editor se anima a darlas en español. De momento me ocupo en la lectura de las últimas páginas de sus espléndidos Cuadernos.


viernes, 23 de febrero de 2024

Saturado de abstracción. -Escohotado jüngeriano

Exposición de Darío Urzay, Foto: Noticias de Gipúzkoa

1- Tengo serias y crecientes dificultades para disfrutar con la abstracción que anega el arte contemporáneo. Debe ser cosa de la edad. Me asombra lo que da de sí esta tendencia a lo abstracto, pero lamentablemente cada vez me interesa menos. Es un camino que no lleva a ninguna parte. En mi (modesta) opinión, naturalmente.
En consecuencia, la exposición de Darío Urzay en la sala Kubo de San Sebastián me ha interesado poco y me ha aburrido mucho. Y como uno ya no está en disposición de aburrirse la visita ha sido rápida. Hago dos salvedades: las imágenes basadas en fotografías aéreas y un par de videos donde, al menos, hay movimiento.


2- Creía que este libro estaba agotado, pero he encontrado las Confesiones de un Opiófilo, Diario póstumo de Antonio Escohotado. Empiezo a leerlas en el tren de vuelta. Me recuerdan a las anotaciones diarísticas de Ernst Jünger. Algunas demasiado crípticas. Cuando avance en la lectura diré algo sobre esta peculiar edición.

Cachondeo bancario

He pedido dos citas por internet, en sendos bancos –una por la mañana y la otra por la tarde– para cancelar unas cuentas.
Acudo a la primera. La persona que me han adjudicado no sabe nada de una cita, pero, como está libre en ese momento, me atiende. Qué suerte la mía.
Aunque hace más de tres meses que la cuenta está vacía hoy no puede cancelarla, me explica la empleada. Hay que esperar al final del trimestre.
La mujer, que debe ser muy apañadita, aprovecha la circunstancia de tenerme a tiro para intentar venderme unos productos. Los productos no me interesan, pero ella, que además de apañadita es perseverante, insiste. Media hora después consigo zafarme. Me da cita para primeros de abril para realizar la cancelación.
Por la tarde acudo a mi segunda cita. El banco está cerrado pero me abre un empleado con cara de sorpresa. Me dice que esa operación hay que hacerla en caja, que sólo abre por la mañana, y que debo dejar la cuenta a cero. ¿Entonces por qué me han dado la cita por la tarde? Eso el empleado no lo sabe.
Le explico que ayer invertí una hora para intentar transferir el dinero y dejar la cuenta a cero. Cuando ya estaba a punto de conseguirlo me faltó la firma digital. Solicité una firma digital por teléfono, me la dieron pero, como ya había pasado el tiempo reglamentario, tuve que empezar de nuevo la operación.
Cuando ya estaba a punto de introducir la flamante firma digital y culminar la operación, el sistema me dice que yo –que soy el titular de la cuenta– no estoy autorizado a realizar la operación que solicito. Estoy a punto de sufrir una crisis de identidad pero me repongo.
Total que me vuelvo a casa con las manos vacías y pido una nueva cita en internet. Tengo que volver el lunes. He perdido una mañana y una tarde, pero eso, obviamente, no es problema de los bancos. ¿Esto es un cachondeo bancario o son imaginaciones mías?

viernes, 26 de enero de 2024

jueves, 18 de enero de 2024

Ni mujeres ni efebos

1. Érase una vez un rey que no conquistaba mujeres ni efebos.

2. Jesús transformó el agua en vino, pero se olvidó recomendar su uso con moderación.

3. El miedo es el fundamento de todos los negocios ideológicos: religión, política, filosofía...

4. Esperar que Dios se ocupe de los humanos es como esperar que los humanos se preocupen de los problemas emocionales de los microbios.

5. A la publicidad, a la propaganda, al marketing, le llaman ahora "comunicación". Se lleva mucho el maquillaje.

6. El virus es el hombre.

7. El amor no salva --porque no hay salvación para el hombre--, pero es el mayor consuelo.

8. El presente lo dice todo.

9. En los aforismos es de gran importancia el espacio en blanco.

10. Cuando asumes el lenguaje del enemigo, has perdido.

11- Al bañista le arrolla el surfero; al peatón, el ciclista; al ciclista, el coche; al coche, el camión. Esto es la selva con elecciones cada cuatro años.


El pintor Luis Torras

 

El fallecimiento del pintor gallego Luis Torras, a los 111 años, me ha permitido, gracias a su longevidad, el empezar a conocer su obra. Me ha llamado la atención el cuadro que ilustraba la noticia, un paisaje de La Guardia, mi localidad favorita del Baixo Miño. He pasado un buen rato navegando por internet y admirando su trabajo. Torras fue un pintor de retratos, figuras, bodegones y paisajes. Destacó en todos los temas por su discreta elegancia, su buen gusto colorista, la fidelidad al paisaje gallego y, sobre todo, por el don de la delicadeza, la sensibilidad y el encanto. Cuando vuelva al Baixo Miño –ya hace demasiado tiempo que no lo visito– iré a La Guardia y visitaré también la Casa das Artes de Vigo donde se exhibe una excelente colección de su obra donada por el pintor.



https://pintorluistorras.es/galeria/

https://pintorluistorras.es/





miércoles, 17 de enero de 2024

El membrillero japonés

                        

Cuando llegamos a H me llamaron la atención estas florecillas rojas que florecían en pleno invierno. Tras las pertinentes consultas averigüé que se trata de un membrillero japonés (Chaenomeles japonica). Varios años después planté uno en nuestro jardín. Empezó dando unas tímidas florecillas. Con el tiempo, y a pesar del poco sol que recibe, su producción se ha incrementado. Este año ha llegado a su cénit. También suele dar unos frutos duros como piedras, arrugados e imposibles de ingerir. Supongo que serán sus famosos membrillos. Pese a su apariencia alegre y colorista, el arbusto produce unas espinas largas y afiladas bastante disuasorias. Las flores invernales, que son su arma de seducción, relucen en medio de la grisalla invernal. Durante el resto del año, cubierto de hojas verdes, es uno más.

martes, 16 de enero de 2024

La araña

Cuando llegamos de viaje, al mediodía, la araña había aprovechado nuestra ausencia para trazar su tela de un lado a otro de los setos que flanquean la puerta del jardín. Parecía como si flotara en el aire por arte de magia. Sólo al trasluz se advertía el sutil encaje de los hilos. Había que tener cuidado para entrar sin desbaratar su trampa. Por la tarde, a la vuelta de un paseo, volví a verla arrastrando a una excelente y fornida mosca hasta su oculta despensa. Con esta pieza tendrá para varios días, pensé. Espero que no vuelva a obstruir el paso a nuestra casa.

viernes, 5 de enero de 2024

Mi estreno con Kaurismaki

 

Me ha gustado esta película y, en algunas secuencias, me ha entusiasmado. En realidad soy un novato en lo que al cine del finlandés Aki Kaurismaki se refiere. Puedo decir que tiene una forma minimalista de hacer las cosas que me anima a seguir contemplando su cinematografía que, según veo, es bastante amplia.
Fallen Leaves es muy triste, pero tiene excelentes dosis de humor. Es un humor más bien negro, pesimista y desencantado. Es posible que se trate de humor danés o, al menos, escandinavo. Me ha recordado un poco a los relatos de un escritor noruego que admiro y que se prodiga poco, al menos en estas latitudes meridionales: Kjell Askildsen.
En Hojas caídas hay una ternura omnipresente pero camuflada, una esperanza difusa, una resignación desamparada y un montón de guiños cinéfilos en forma de carteles de películas. La música y el color son determinantes y luego está ese extraño hieratismo de los actores que recuerdan a Buster Keaton.

lunes, 1 de enero de 2024

Petardeo de fin de año


1. Antes de la cena de Nochevieja doy un paseo por el barrio del Antiguo de San Sebastián. Los bares están concurridos, con alegres grupos de bebedores en las puertas. Me llama la atención no ver a nadie vestido de casero. Tampoco veo grupos cantando el Dios te salve, ni nada que se le parezca. Poco, ningún, ambiente navideño al estilo del habitual en el Bajo Bidasoa. Lo que no faltan son las pintadas y los carteles político-nacionalistas. De esos hay para reventar.
Tras la cena, cuando nos dirigimos hacia el coche, dos tarados adolescentes meten un potente petardo-bomba en una papelera y la dejan echando humo. Casi me da un infarto por el ruido. Luego tiran otro en la oscuridad del parque y otro aún más allá. Por detrás de estos dos vienen otros cuatro mermados y hacen más o menos lo mismo. Creo que les voy a pedir a los Reyes Magos un bate de béisbol plegable.

2. Lo de las campanadas aún se puede aguantar, pero que todos y cada uno de los presidentes de las taifas echen sus discursitos de fin de año tiene bemoles. Y al día siguiente las memeces que han soltado ocupan todas las portadas. Nos quieren aniquilar por aburrimiento.

3. Me asomo un momento a la playa, al mediodía, y veo a un grupo de quince o veinte viejos que se desvisten en pleno paseo marítimo para darse un baño. Es una tradición del primer día del año, al menos cuando hace buen sol, como hoy. Pero no me entretengo mucho con el espectáculo.
Antes, mientras daba un paseo, he escuchado un rato el Concierto de Viena, más que nada por Christian Thielemann, a quien en un periódico denominan El Legionario, que lo dirigía hoy. Término harto de tanta polka, como me ha ocurrido otros años, y me paso a Rock FM.


sábado, 30 de diciembre de 2023

Plácido, qué triste


1. Ayer, muy animoso, me puse delante de la tele con el Plácido de Berlanga. Fue un intento de cumplir con el cánon. Nada. Fracaso. Lo dejé al cuarto de hora. No A soporto el griterío, la chabacanería y el que todos se pongan a hablar a la vez. Supongo que en su momento –año 1961– sería una peli muy transgresora, pero hoy a los jóvenes no les interesa este tipo de cine y a los mayores, al menos a mí, me resulta triste y tedioso. No sé qué le rondará por la cabeza al que programa este tipo de películas o, mejor, prefiero no saberlo. Se podrá argumentar que, en realidad, esta película pretende satirizar una época y una sociedad, pero yo prefiero el olvido y, sobre todo, no tener que volver a contemplar estas escenas.


2. Casi siete millones de espectadores vieron el año pasado a la espabilada C.P. comerse las uvas. La joven, por cierto, ha dedicado, como de costumbre, el mes de diciembre a exhibirse en los medios para promocionarse de cara a Nochevieja. Ahora se victimiza un poco –asunto que siempre vende bien– y dice que no salir un año más a hacer un estriptis rancio en la tele sería ceder ante el odio. ¡Pero qué lista es mi niña!

viernes, 22 de diciembre de 2023

¡Qué ruina de listas!

 


Katheryn Winnick, mi actriz revelación de este año, desde que la vi en Big Skay

No coincido con los críticos ni por recomendación. A este paso no vamos a ningún lado. De las diez mejores películas producidas por el cine español en el año que termina, según la revista El Cultural, hay nueve que no he visto. Sólo he visto una de ellas, que es la que ocupa el primer lugar de la lista. Esta lista ha sido confeccionada por los críticos que colaboran habitualmente en la citada revista. En opinión de estos críticos la mejor película española del año ha sido Cerrar los ojos, de Víctor Erice.

Sobre este película opiné en esta entrada de mi blog: Dicho lo cual sólo me cabe añadir: Si esta es la mejor, apaga y vámonos.

La lista de las 10 mejores películas internacionales la encabeza una película que me negué a ver. Se trata de Los asesinos de la luna, de Martín Scorsese. Y me negué a verla por varias razones: porque me saturé de toda la publicidad desplegada en el momento de su estreno; porque lo último que empecé de Scorsese, cuyo título no recuerdo, no me interesó; porque le tengo un poco de manía al cine de este hombre y porque creo que Taxi Driver es tan famosa como sobrevalorada.

La película que ha obtenido el puesto número 6, El sol del futuro, de Nanni Moretti, intenté verla pero como era el Día del Abuelo había una cola tan disuasoria que abandoné antes de llegar a la taquilla: odio llegar tarde al cine y, además, yo no soy abuelo (aunque podría). Lo tomé como un mal augurio y no he intentado volver a verla.

De la lista que comento tan sólo he visto El maestro jardinero, de Paul Schrder, que comenté en este enlace que no está mal, sin llegar a ser nada del otro mundo.

Y como este año he visto más películas de lo habitual, y acogiéndome al derecho al pataleo, señalaré que estoy ofendidito porque no se ha incluído Napoleón, de Ridley Scott, ni El regreso de las golondrinas, de Li Ruijun.

Dejo para la siguiente entrega la lista de mejores libros del año, según los críticos. Eso va a ser el acabose.